En Ávalon, las fuerzas del bien y del mal se enfrentan por el futuro de la civilización. Arturo se presenta como la gran esperanza de Bretaña, una esperanza de prosperidad y honor; pero entre sus valientes caballeros se ocultan despiadados esbirros de Mordred. Las fuerzas del mal son escasas en número, pero se conocen perfectamente y saben permanecer ocultas, sin que nadie sospeche de ellas… excepto por Merlín, que sabe quiénes son los conspiradores; sin embargo, solo podrá hablar con enigmas, ya que si revela su verdadera identidad, todo habrá terminado.